Cuando hablamos de halitosis o mal aliento lo hacemos de una situación que, en la mayoría de los casos, suele causar angustia y vergüenza en quien la padece. En Farmacia I+, como mucho más que una central de compra para farmacias, somos plenamente conscientes de que hay ocasiones en las que quien la padece no es realmente consciente de su problema. ¿Está únicamente relacionada la halitosis con hábitos de higiene oral suficiente? ¿Puede haber algo más detrás? ¡Vamos a intentar aclarar algunos aspectos sobre ella!
Todas las farmacias que integran Farmacia I+ saben de la importancia de abordar aspectos que, en el día a día, pueden afectar, y mucho, a quienes angustiados buscan ayuda en sus equipos para resolver un problema o inquietud. Por ello, sabemos que es importante abordar determinadas problemáticas que consiguen quitar el sueño a quienes las padecen. La halitosis es un ejemplo claro. En Farmacia I+ no solo trabajamos por conseguir mejorar la gestión integral de farmacias dando forma a un nuevo modelo de negocio de farmacia, sino que buscamos aportar valor a quienes nos eligen como farmacia de referencia.
Hoy queremos hablar de la halitosis, un problema más común de lo que creemos y que, en un elevado porcentaje de casos, aproximadamente en un 60% de ellos según expertos y estudios existentes al respecto, la halitosis tiene un origen bucal. Pero también hay un 20% que padece este problema derivado de otras causas, como patologías respiratorias o digestivas, por ejemplo. A esos dos grupos, por otro lado, se añade otro 20% que cree, de manera errónea padecerla, al tener en la boca una sensación de sequedad originada por el estrés o la ansiedad.
¿Qué es realmente la halitosis?
La halitosis se produce, de manera general, por la acumulación de bacterias en la boca o entre los dientes o por restos de comida en la zona de las encías o de la lengua. Estas bacterias, al mismo tiempo, provocan que aparezcan otras bacterias que se convierten en las responsables directas de las caries. Esta realidad también tiene su origen en la enfermedad periodontal o caries y en problemas nasales como, por ejemplo, sinusitis. Por otro lado, hay determinados alimentos y bebidas que tomamos frecuentemente que pueden provocar que tengamos mal aliento, incluso después de que nos lavemos los dientes.
¿Qué puede estar generando el problema?
Aunque hemos apuntado que la halitosis tiene, principalmente, un origen bucal, se estima que puede haber más de 80 causas que podrían provocarla. ¡Enumeremos algunas!
Aparato respiratorio: en la parte superior de la laringe se producen enfermedades que pueden desencadenar el mal aliento. Entre las principales podemos señalar rinosinusitis; respiración bucal; obstrucción nasal; presencia de cuerpos extraños que puedan estar obstruyendo las fosas nasales; amigdalitis, bronquitis; neumonías, etc.
Sistema digestivo: aunque los casos de mal aliento provocados por problemas digestivos no son demasiado frecuentes, hay infecciones como la provocada por la bacteria Helicobacter pylori, que sí que pueden derivar en halitosis. El mal aliento también podría estar originado por gastritis, úlceras gastroduodenales, reflujo gastroesofágico, presencia de algún cuerpo extraño en la faringe, etc. Muchas veces las personas aquejadas de problemas gástricos tienen la sensación de que tienen mal aliento, pero no es así.
Estilo de vida: hay determinados alimentos que consumimos de manera frecuente que provocan mal aliento. Entre ellos, podemos señalar, por ejemplo, el queso, la cebolla, el ajo o el huevo. Además, los compuestos de algunos medicamentos también pueden provocar mal aliento, sin olvidarnos del alcohol y del tabaco.
¿Podemos evitarla de alguna manera?
A pesar de que es cierto que tras la halitosis puede haber otras causas, desde tiempos ancestrales, la mala higiene bucal se ha identificado como una de las causas más habituales del mal aliento. Por ello, uno de los principales métodos para evitarla es apostar por una buena higiene bucodental, consistente en un cepillado eficaz de los dientes y un uso habitual tanto de interdentales como de seda dental; sin olvidar, por supuesto, una limpieza regular de la lengua.
También puede resultarte útil:
- Dejar de fumar si aún no te has decidido a hacerlo.
- Evitar comidas excesivamente condimentadas o alimentos que, de por sí, generen mal aliento como, por ejemplo, el ajo.
- Evitar el consumo de alcohol y café.
- No apostar por dietas en las que el consumo de proteínas sea excesivo o el de calorías demasiado restrictivo.
- Beber mucha agua.
- No tomar alimentos con demasiada grasa.
- Respirar por la nariz.
¡Importante! A pesar de que aún existe un importante porcentaje de población que sufre de halitosis, en los últimos años, las campañas de concienciación sobre la importancia de llevar a cabo una correcta higiene bucal han conseguido un decrecimiento importante. No obstante, en caso de sufrirlo es fundamental acudir a un profesional médico capaz de determinar si existe alguna patología, cuál es la fuente del problema y cómo abordarlo.