La rosácea es una afección cutánea crónica que afecta principalmente a la piel del rostro. Lo que puede empezar pareciendo una rojez temporal puede acabar en un problema grave. Se caracteriza por enrojecimiento, inflamación y pequeñas protuberancias en la piel. Los síntomas pueden variar de leves a severos y pueden afectar la calidad de vida de quienes padecen esta afección.
Acudir a una clínica especializada en el tratamiento de la rosácea hará que puedan examinar tu caso de forma concretar y poner así el tratamiento que más se adapte a tu tipo de piel. A continuación, ofrecemos algunos consejos para conseguir un mejor aspecto para aquellas personas que sufren rosácea.
Medicamentos tópicos
Los medicamentos tópicos se aplican directamente en la piel y son una forma común de tratamiento para la rosácea. Los medicamentos tópicos incluyen cremas y geles que contienen ácido azelaico, metronidazol, sulfacetamida o ivermectina. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento asociados con la rosácea, en todo momento deben de estar recetados por un profesional después de hacer un estudio de tu caso.
Medicamentos orales
Los medicamentos orales pueden ser recetados para tratar la rosácea en casos más severos. Los antibióticos, como la doxiciclina y la azitromicina, son comúnmente recetados para reducir la inflamación y el enrojecimiento. Los medicamentos antiinflamatorios, como la aspirina y el ibuprofeno, también pueden ser recetados para ayudar a aliviar los síntomas de esta afección. Utiliza la medicación adecuada para tu piel con el objetivo de conseguir un mantenimiento efectivo.
Terapia láser
La terapia láser es un tratamiento que utiliza luz intensa para reducir la inflamación y el enrojecimiento de la piel. La terapia láser puede ser efectiva para tratar la rosácea en algunos pacientes. Se pueden requerir varias sesiones de tratamiento para obtener resultados óptimos. Estas sesiones deben de ser llevadas a cabo por un técnico especializado en este ámbito.
Cambios en el estilo de vida
Los cambios en el estilo de vida pueden ser útiles para controlar los síntomas de la rosácea. Evitar los desencadenantes conocidos de la rosácea, como el alcohol, los alimentos picantes, la exposición al sol y el estrés, puede ayudar a reducir los síntomas. Mantener la piel limpia e hidratada también es importante si queremos que nuestra piel mejore.
En resumen, la rosácea es una afección cutánea crónica que puede ser tratada con medicamentos tópicos, medicamentos orales, terapia láser y cambios en el estilo de vida. Si tienes rosácea, habla con tu dermatólogo sobre los tratamientos que pueden ser adecuados para ti.
Acude a GS Clínica Dermatológica para conocer un poco más sobre la rosácea y como combatirla. Sus profesionales llevarán a cabo un estudio exhaustivo de tu caso para poder aplicar el mejor tratamiento posible.